Hay chicas, más bien mujeres, mejor… señoras mayores que han confundido la textura de su ropa íntima con la de sus atuendos de calle.
Así como salen a la luz con apretadas medias de malla oprimiendo sus ajadas carnes, son capaces de provocar bizarras ensoñaciones
en transeúntes despistados, clientes impacientes, jubilados con perrito quienes de súbito se ven envueltos en una bruma de piernas de burócratas uniformadas que en afán de transparencia sacan también su fiesteo privado al espacio público.
Así como salen a la luz con apretadas medias de malla oprimiendo sus ajadas carnes, son capaces de provocar bizarras ensoñaciones
en transeúntes despistados, clientes impacientes, jubilados con perrito quienes de súbito se ven envueltos en una bruma de piernas de burócratas uniformadas que en afán de transparencia sacan también su fiesteo privado al espacio público.
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