He estado deseando escribir sobre Oshin desde que inició su retrasmisión en Cuba este 2018, sin embargo sentimientos encontrados me han hecho caer en la conocida procastinación nuestra de cada semana . La serie que fuera originalmente divulgada por la NHK entre 1983 y 1985 llegó a la isla, como llegan muchas otras novelas ─pienso rápidamente en Vale todo ( Rede Globo ) que nos legara el término “paladar” además de su concepto─ . Así mismo llegó Oshin , con ese donaire didáctico, dejando atrás las frivolidades de la vida; enseñó a los cubanos a tener un poco más de humildad, paciencia, perseverancia…en fin a no consumir la vida en vanidades como dijera también Sor Juana . Y nos vino bien. Allá por los noventa cualquier clase de expectativa que se fuera armando ante nosotros valía la pena, como una ciudad que de súbito se recuerda a sí misma y levanta sus cimientos sobre el recuerdo de lo que fuera antes