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© Indira R. Ruiz |
El Café 1906 fue reabierto hace dos años y como
todo lo nuevo…“el 6 también barría bien” dicen los manzanilleros. Su
tablilla de ofertas se ha mantenido intacta a la entrada de esta cafetería
remozada con azulejos verdes, puertas de cristal y un split que trabaja a “media máquina” las 24
horas del día creando un ambiente algo refrescante si se le compara con el
agobiante calor de la calle. Ha quedado atrás el aire bohemio que la distinguió
y su pesada barra de madera a la que se acodaba todo Manzanillo unido por la
necesidad del elixir negro para escuchar uno que otro bolero que en vivo
interpretaban los grupos locales. Ahora se percibe un establecimiento más
moderno, aunque despersonalizado, diseñado su mobiliario para ser tan solo un
lugar de paso.
Recordando
las glorias pasadas del “6” como se le conoce popularmente a este café situado
en la esquina del parque Céspedes llegamos hasta la nueva barra de mampostería.
De sus más de veinte ofertas entre las que se encuentran Café Carretero, Cortadito o Ambrosía hoy solo pueden degustarse apenas dos
o tres según el horario del día en que llegue el paseante hasta el
establecimiento. Ora “no tienen leche” para el Café con leche y deben hacer en su lugar un Café con crema, o “solo
tienen Café express hasta más tarde”…en fin, que cada
experiencia que se tenga estará marcada por el azar específico, por la
disposición de los astros en el preciso momento en que se esté ahí. Por
otro lado, lo más preocupante ha sido la poca higiene del lugar que delata la
presencia de moscas en los momentos más tórridos del día.
Si
algo tiene a su favor el Café 1906 es la persistencia de sus precios
verdaderamente económicos y asequibles para todos. Pudimos degustar el Café Serrano 3 CUP, el Café con crema de leche 2 CUP y el Café Express 1.20 CUP. Bebidas de sabor
fuerte aderezadas por un trato muy cubano. Su equipo de trabajo, por otra parte
—pudimos apreciar el trabajo de varios de ellos en diferentes horas del día—
está comprometido con dar un buen servicio a pesar de las condiciones adversas
que se imponen en el lugar. En todos los casos tuvimos allí el mejor de los
tratos por parte de los encargados, razón por la que regresamos cada día de
nuestra estancia ya para tomar allí el primer café del día o para hacer un alto
en la vorágine diaria.
* Publicado en cubapaladar.org
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