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© Indira R. Ruiz |
Desde
la entrada misma del restaurante casi puede verse la famosa Glorieta Morisca que representa a Manzanillo. Dentro,
el ambiente sosegado de luz tenue de este ranchón en medio de la ciudad marcará
la experiencia en Rancho Luna, una de las
primeras opciones al consultar las guías gastronómicas sobre la ciudad o sitios
de viajes como Trip
Advisor. Los pisos antiguos, los portones pesados dan fe de la
antigüedad de este caserón devenido un hito para la cocina manzanillera. Aunque
su especialidad son los mariscos y pescados por tratarse de una ciudad
portuaria, aquí también se ofrecen variados platos de pollo, cerdo y res lo
cual abre el espectro de posibilidades al comensal.
En Rancho Luna puede el cliente elegir entre las
“ofertas especiales” —platos económicos que vienen acompañados por dos
guarniciones—; o los platos regulares que tienen mayor cantidad de comida
aunque no traen guarnición y pueden ser compartidos ampliamente entre dos
personas. Los emplatados se distinguen por sus decorados pintorescos, a veces con
sencillos dibujos o las letras “RL” en los bordes de los mismos.
La Rueda de sierra frita 75 CUP fue presentada en
porciones de una masa excelentemente sellada para conservar sus jugos y no
demasiado frita lo que le ayudó a mantener su textura suave. Cada bocado tenía
en sí un sutil sabor a mar. Los Camarones
enchilados 95
CUP, por su parte, tenían el punto de cocción justo para conservar la textura
crujiente de estos mariscos acompañados por los ajíes cocidos levemente con los
vapores finales del preparado y picados en tiras. La salsa de tomate era espesa
y poseía un delicioso bouquet de especias de gran persistencia.
La
porción de Flan 20 CUP servida no era demasiado grande
para su precio aunque estaba delicioso, con una textura cremosa y no demasiado
azucarado.
Aunque
el personal de servicio necesita algo de entrenamiento profesional, no es menos
cierto que su entusiasmo por complacer a toda costa logra compensarles. Vale
mencionar que el dueño está personalmente atento de cada detalle lo que hace de
esta una experiencia a prueba de desaciertos. Por él supimos que Rancho Luna está a punto de comenzar
un proceso de remozamiento de cara al nuevo año, y de su constante deseo de
superar a su equipo de trabajo en pos de un servicio de excelencia. Sumando a
esto la delicadeza y el saber hacer del personal frente a sus fogones, podemos
decir que cualquier elección de su menú es una excelente circunstancia para
otorgarnos un duradero placer gastronómico.
* Publicado en cubapaladar.org
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